viernes, 5 de agosto de 2016

CARACTERÍSTICAS DEL AUTISMO


CARACTERÍSTICAS DEL AUTISMO


Las características por las que podemos reconocer a un niño autista son variadas, pues como ya dijimos anteriormente, es un síndrome (conjunto de anomalías) y no es una enfermedad. Se considera que una persona es autista si tiene o ha tenido en alguna etapa de su vida, cuando menos siete de las siguientes características:

· Lenguaje nulo, limitado o lo tenía y dejó de hablar.

· Ecolalia, repite lo mismo o lo que oye (frases o palabras).

· Parece sordo, no se inmuta con los sonidos.

· Obsesión por los objetos, por ejemplo, le gusta traer en la mano un montón de lápices o cepillos sin razón alguna.

· No tiene interés por los juguetes o no los usa adecuadamente.

· Apila los objetos o tiende a ponerlos en línea.

· No ve a los ojos, evita cualquier visual.

· No juega ni socializa con los demás niños.

· No responde a su nombre.

· Muestra total desinterés por su entorno, no está pendiente.

· No obedece ni sigue instrucciones.

· Pide las cosas tomando la mano de alguien y dirigiéndola a lo que desea.

· Evita el contacto físico. No le gusta que lo toquen o carguen.

· Aleteo de manos (como si intentara volar) en forma rítmica y constante.

· Gira o se mece sobre sí mismo.

· Se queda quieto observando un punto como si estuviera hipnotizado.

· Camina de puntitas (como ballet).

· No soporta ciertos sonidos o luces (por ejemplo, la licuadora o el microondas).

· Hiperactividad (muy inquieto) o extremo pasivo (demasiado quieto).

· Agresividad y/o auto agresividad (se golpea a sí mismo).

· Obsesión por el orden y la rutina, no soporta los cambios.

· Se enoja mucho y hace rabietas sin razón aparente o por que no obtuvo algo.

· Se ríe sin razón aparente (como si viera fantasmas).
 · Comportamiento repetitivo, es decir, tiende a repetir un patrón una y otra vez en forma constante.

Esta lista se da como referencia pero será necesaria el diagnostico del neurólogo así como la valoración del psicólogo.

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LA HISTORIA DEL AUTISMO

LA HISTORIA DEL AUTISMO

DONALD T. EL PRIMER PACIENTE CON AUTISMO
Leo Kanner, el psiquiatra infantil que diagnosticó por primera vez el autismo. Kanner. Ahí donde otros veían sólo simples síntomas relacionados con una posible esquizofrenia, el médico supo apreciar características diferenciales de los niños que recibía. Entre ellos se encontraba Donald T., el paciente cero del autismo. "Consideraba a cada paciente como una persona que debía ser entendida frente a su complejidad biológica y social", describe una investigadora sobre el perfil humanista del psiquiatra.


Donald T. fue el primero, pero en realidad hubo más. Once jóvenes diferentes, únicos, especiales. Los once de Kanner. Niños cuyos síntomas habían sido confundidos previamente con otros trastornos como la esquizofrenia. Leo Kanner los recibía en su consulta, exploraba el universo que habitaba en sus mentes, observaba intrigado su conducta. Esos rasgos extraños que veía cuando los más pequeños jugaban. Parecían felices cuando estaban solos.

Antes de examinar a Donald, había recibido una larguísima carta de su padre. El psiquiatra leía con asombro en las 33 páginas la detallada y obsesiva descripción de aquel hombre, desesperado por el comportamiento de su hijo de cinco años. "Es más feliz cuando está solo, mientras dibuja en una concha embebido en sus pensamientos, distraído de todo lo que ocurre a su alrededor".Kanner descubrió que los niños parecían desconectados de la realidad exterior
El padre relataba de forma dolorosa el comportamiento de su hijo, empeñado en hacer girar juguetes y mover de un lado a otro su cabeza. Cuando Donald T. acudió por primera vez al hospital, Kanner también apreció que el pequeño hablaba de sí mismo en tercera persona, repitiendo frases y palabras inconexas. El universo que se encendía en su cabeza era más complejo de lo que inicialmente pensaba, algo que Kanner describió como "peculiaridades fascinantes" en el artículo Autistic disturbances of affective contact.
El psiquiatra examinó a Donald T. en 1938. En los años posteriores, la correspondencia entre la familia y Kanner se mantuvo, al igual que los exámenes médicos. El niño era capaz de leer, memorizar palabras e incluso aprendió a tocar algunas notas al piano. Era evidente que no padecía un retraso mental, sino que su cerebro parecía desconectado de todo lo que sucedía a su alrededor.
Donald Triplett, el paciente cero del autismo, durante su adolescencia
Cuatro años después, Leo Kanner observaba el comportamiento de Frederick. La conducta antisocial que el médico había percibido en Donald se repetía. "No quiere jugar con las cosas normales con las que otros niños juegan", explicaba su madre. Ignoraba por completo a los invitados que acudían a su casa, y sin embargo, mostraba un inmenso terror a los ascensores. Algo similar a lo que padecía Richard con sólo tres años. Inteligente y curioso a partes iguales, sus padres veían atemorizados como el niño era incapaz de comunicarse con nadie. No es que no pudiera. Es que tampoco parecía importarle.
Lo mismo le ocurría a Paul, Barbara, Virginia, Herbert, Alfred, Charles, John, Elaine. Niños que gozaban de buena salud, tranquilos, calmados y en los que, sin embargo, algo fallaba. En su famoso artículo, Kanner rechaza la descripción otorgada por otros médicos de 'idiotas' o 'retrasados mentales'. No, no lo eran. El psiquiatra sospechaba que aquellos once jóvenes compartían un mismo síndrome autista, que hacía que se encerraran en su pequeño caparazón. Atrapados por su propia mente, pueden permanecer horas, días, semanas sin distraerse con lo que ocurre a su alrededor. Como si las personas que tuvieran al lado no existieran.
Entre las décadas de los cuarenta y los sesenta, el médico recibió en su consulta a muchos más niños. Las notas que recogió fueron resumidas en el artículo de 1943, en el que el médico tomó prestado el concepto 'autista' del psiquiatra suizo Eugen Bleuler. Los jóvenes se caracterizaban por presentar comportamientos repetitivos en los que mostraban su carácter introvertido, rayando lo antisocial, con importantes problemas de lenguaje.El autismo tiene un origen genético, no está relacionado con la conocida como frialdad afectiva
En todos los casos, los síntomas eran los mismos. Kanner, en un primer momento, describió su conducta como 'fría'. Esta aparente ausencia de calor humano hizo que la sociedad no entendiera qué era el autismo. En 1967, el escritor Bruno Bettelheim publicóThe empty fortress, un libro que popularizó la teoría -incorrecta- de la frialdad afectiva. Según este psicólogo, los niños autistas parecían 'congelados', interpretando erróneamente el origen del autismo.
De nada sirvió que Leo Kanner escribiera años después diversas publicaciones en contra de la hipótesis de la frialdad afectiva. El psiquiatra condenaba la terrible acusación que Bettelheim había vertido sobre las madres de aquellos niños, a las que culpaba de su trastorno. Pero el daño ya estaba hecho. Durante aquellas décadas, muchos jóvenes con autismo fueron sometidos a vejaciones con la tristemente famosa terapia del electroshock. Otros neuropsiquiatras, como Lauretta Bender, decidieron probar tratamientos alternativos, llegando a administrar LSD a los más pequeños. Y es que no hay nada más cruel que culpar a la familia de los problemas médicos de un niño.

sábado, 30 de julio de 2016

DIAGNÓSTICO DEL AUTISMO

Los trastornos del espectro autista se pueden diagnosticar formalmente a la edad de 3 años, aunque nuevas investigaciones están retrocediendo la edad de diagnóstico a 6 meses. Normalmente son los padres quienes primero notan comportamientos poco comunes en su hijo o la incapacidad para alcanzar adecuadamente los hitos del desarrollo infantil. Algunos padres explican que su hijo parecía diferente desde su nacimiento y otros, que iba desarrollándose normalmente y luego perdía aptitudes. Puede que inicialmente los pediatras descarten las señales del autismo pensando que el niño podrá alcanzar el nivel deseado y le aconsejan a los padres que esperen y vean como se desarrolla. Nuevas investigaciones muestran que cuando los padres sospechan que hay algo mal con su hijo, generalmente están en lo correcto. Si tienes inquietudes acerca del desarrollo de tu hijo, no esperes y habla con su pedíatra para que sea evaluado.
Si a tu niño lo han diagnosticado con autismo, una intervención temprana es crítica para que pueda beneficiarse al máximo de todas las terapias existentes. Aunque para los padres puede ser difícil etiquetar a un pequeño como “autista”, entre más pronto se haga el diagnóstico cuanto antes se podrá actuar. Actualmente no existen medios efectivos para prevenir el autismo, ni tratamientos totalmente eficaces o cura. Sin embargo, las investigaciones indican que una intervención temprana en un entorno educativo apropiado, por lo menos por dos años durante la etapa preescolar, puede tener mejoras significativas para muchos niños pequeños con trastornos del espectro autista. Tan pronto como se diagnostique el autismo, la intervención temprana debe comenzar con programas eficaces, enfocados en el desarrollo de habilidades de comunicación, socialización y cognoscitivas.

¿QUE ES EL AUTISMO?


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¿QUE ES EL AUTISMO?



El autismo es un trastorno neurológico complejo que generalmente dura toda la vida. Es parte de un grupo de trastornos conocidos como trastornos del espectro autista (ASD por sus siglas en inglés). Actualmente se diagnostica con autismo a 1 de cada 68 individuos y a 1 de cada 42 niños varones, haciéndolo más común que los casos de cáncer, diabetes y SIDA pediátricos combinados. Se presenta en cualquier grupo racial, étnico y social, y es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas. El autismo daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros. También, está asociado con rutinas y comportamientos repetitivos, tales como arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas. Los síntomas pueden oscilar desde leves hasta muy severos.

viernes, 29 de julio de 2016

DIAGNOSTICO DEL SINDROME DE DOWN

DIAGNÓSTICO

Un médico con frecuencia puede hacer un diagnóstico del síndrome de Down al nacer con base en la apariencia del bebé. El médico puede escuchar unsoplo cardíaco al auscultar el pecho del bebé con un estetoscopio.Se puede hacer un examen de sangre para verificar si hay un cromosoma extra y confirmar el diagnóstico.Otros exámenes que se pueden llevar a cabo incluyen:
Ecocardiografía para verificar si hay defectos cardíacos (por lo general, se hacen poco después de nacer)
ECG
Radiografía de tórax y tracto gastrointestinal

Es necesario examinar minuciosamente a las personas con el síndrome de Down por si hay ciertas afecciones. Se deben hacer:
Examen de los ojos todos los años durante la niñez
Audiometrías cada 6 a 12 meses, según la edad
Exámenes dentales cada 6 meses
Radiografías de la columna cervical o superior entre las edades de 3 a 5 años
Citologías y exámenes pélvicos comenzando durante la pubertad o hacia los 21 años de edad
Exámenes de tiroides cada 12 meses